Año 2021, año II de la pandemia, año que la Iglesia dedica a San José, y un nuevo año en el que no podemos tener la presencia del Santísimo Sacramento por las calles de Mairena. Empero, al igual que sucediera el pasado año, la Juventud Humildad, capitaneada siempre por el equipo de priostía de nuestra Hermandad, no podía permitir que esta festividad pasase como si nada, y una vez más se puso manos a la obra.
El Altar, de nuevo instalado en nuestra Casa Hermandad por los motivos que todos ya sabemos, estuvo presidido por la imagen de nuestra Cotitular la Virgen del Dulce Nombre, que de manera extraordinaria (como todo lo que ocurre últimamente), se nos presentaba sedente, enjoyada y vestida magistralmente, recordándonos con facilidad a la manera en que las hermanas de la Cruz atavían a la fernandina imagen de la Patrona de la Archidiócesis, la Virgen de los Reyes.
Detrás y ante un enorme dosel de terciopelo rojo, una imagen de tamaño académico de San José, como no podía ser menos en este año, obra de nuestro querido y recordado hermano, Antonio Gavira Alba (q.e.p.d). Se situaba la imagen sobre un templete formado con las bocinas que a modo de Custodia, alojaba en su interior el cáliz de plata, el copón, las espigas y el pan.
Las lámparas y el resplandor que estrenáramos en septiembre, volvieron a ser situados sobre el dosel, dando, junto a las banderas cruzadas de la cofradía, un aspecto palaciego al Altar.
Dos jarras de espigas y otras dos con azucenas y claveles blancos, formaron el exorno que una vez más dispuso Cáñamo Arte Floral. El restaurado y flamante estandarte de la Hermandad, y el banderín de Santiago junto a las credencias, escoltaban y cerraban todo el conjunto.
Queremos agradecer una vez más, a todas aquellas personas que visitaron el Altar durante las horas en las que estuvo abierto al público, a todos los hermanos que cedieron sus enseres para el Altar haciéndolo todo más fácil, y como no, a todos aquellos que pusieron su tiempo y su dedicación para que por vigésimo segunda vez consecutiva, la Humildad volviera a honrar a Dios en la mañana en que reluce más que el sol como mejor sabe hacerlo, con su arte, estética y el trabajo en unión de sus hermanos.
¡Alabado sea Jesús Sacramentado!
Fotografías: Israel Jiménez.